ENTRENA



Población riojana de unos 1500 habitantes y a unos 12 km. de Logroño y a unos 550 m. de altitud, en las estribaciones del Moncalvillo y con terreno fértil acumulado por el Iregua y otros arroyos que bajan de la sierra.



La carretera y una de las calles céntricas


El ayuntamiento, con el escudo de la localidad, en el centro de la parte histórica.

Su centro histórico situado sobre el cerro El Conjuro, con el Barrio de Las Bodegas en su parte Norte y la ampliación hacia el sureste, principalmente.




El Barrio de las Bodegas, donde abundan las chimeneas.


En el centro de la población se ha colocado hace unos años el escudo, donde existe el cruce que nos indica las comunicaciones. 


Escudo de la Villa

Para bajar o subir de Logroño, la carretera que pasa por Lardero, suele ser la más corta, aunque la que comunica por Navarrete es también muy utilizada. Si se trata de ir al Valle del Iregua y en concreto a Nalda, también tenemos la señal.




Al lado del escudo tenemos las señales de comunicación.


El polideportivo de la población


HISTORIA DE ENTRENA
Posteriormente, leyendo la historia del Convento de Santa Clara y el yacimiento Arqueológico de Santa Ana descubriremos aspectos históricos interesantes de esta Villa; pero ahora vamos a adentrarnos un poco en los principales acontecimientos históricos, que aunque poco detalladamente, nos han llegado.

Como otros lugares del Valle del Iregua gentes venidas de NavarraÁlava y de Castilla se fueron agrupando labrando las tierras más cultivables y bajo la custodia de un noble o rey, que los defendiera principalmente de las incursiones árabes. Sancho I Garcés, rey de Pamplona, avanzó despejando de árabes estas tierras en el año 924, pues en el 918 lo había hecho por Calahorra y Arnedo.

Al parecer el primitivo camino de Santiago pasaba por Biero, que era una localidad, ahora desaparecida, cercana a Entrena y cerca del cerro de Santa Ana.
Alfonso I (693-757) de Asturias, El Católico, reconquistó esta villa a los musulmanes, ayudado por su hermano Froila. Según el Diccionario Geográfico sería fundada por este rey en torno al año 750.


Alfonso I de Asturias. 

 Posteriormente entraría a formar parte del Reino de Viguera en el año 924 con el rey Sancho I Garcés.
A partir del siglo XI Entrena sobresale por su valor defensivo, debido a su estratégica localización.

Situada sobre un montículo y delante de un llano, su nombre medieval era Antellana o Antellena (en 1044 aparece documentado).
En el año 1076Alfonso VI de Castilla, el Bravo (1047-1109), utilizó la cima defensiva de Entrena, además de otras, como plaza fuerte y repobló la zona.


Alfonso VI, el Bravo.

Posteriormente también utilizaría esta cima “El Conjuro” Alfonso I el Batallador que incluso documentaría como “Villa” esta población en una de sus estancias (1128). (www.entrena.org).


Alfonso I el Batallador (Fot. covadonga.narod.ru)

Sería demasiado prolijo enumerar los diferentes reyes de Navarra y Castilla, sus disputas y avatares  que sufrieron los habitantes de esta población, pero es de destacar que durante el reinado de Estefanía de Foix (se casó en 1038 con García Sanchez III de Pamplona), formó parte de las “Siete Villas del Campo”: Navarrete, Sojuela, Medrano, Velilla de la Rad, Fuenmayor y Hornos de M..


García Sánchez III (euskomedia.org)

Dña Estefanía donaría Entrena al Monasterio de Santa Mª La Real de Nájera, hasta que a finales del siglo XII los monjes de Santa Mª la cedieran al Obispado de Calahorra.
Alfonso VII ( 1105-1157), les concedió a sus habitantes el Fuero de Logroño,



Alfonso VII, rey de Castilla y León.

Un antecesor de los Señores de Cameros y Condes de Aguilar (Carlos Ramírez de Arellano y su mujer Juana de Zúñiga), Juan Ramírez de Arellano, liberó al rey Enrique II (1333-1379) con 100.000 florines que tuvo que pagar a los ingleses, al haber caído prisionero en la Batalla de Nájera (1360). Como agradecimiento se le concedió el Condado de Navarrete y esta Villa de Entrena, con sus entonces cuatro aldeas. Por tanto estuvo vinculada a “Los Arellano”, que por supuesto se enfrentaron duramente en diversas ocasiones con “Los Manrique”, señores de Navarrete.


Enrique II (Fot. pefrafra)

Cuando se fundó el Monasterio (1503) tenía 232 vecinos y 1160 personas (almas).
Hacia el año 1492 la población judía era considerable en esta población, ya que se reunían en una aljama (edificio donde se reunían para rezar y realizar otras ceremonias), unas 50 familias.  (Cillero Ulecia, Antonio (1990). Santos Ochoa S.A.. ed. Prehistoria e historia de la villa de Navarrete).

Es interesante ver lo escrito por Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico-Histórico…, de mediados del XIX sobre esta población de Entrena:



LA AGRICULTURA Y EL REGADIO

Actualmente existen diferentes industrias, que podemos repasar en la web del Ayuntamiento, pero la vid y los frutales son unos de los principales productos que se cosechan, además de las zanahorias y de otros de secano



La importancia del Río Antiguo para el riego ha sido absolutamente necesaria a lo largo de la historia y sabemos que una de las principales causas de la existencia de esta población ha sido la riqueza productiva de su tierra, por ello la lucha por el agua ha sido constante: 



Lugares por donde discurre el riego con el agua del Río Antiguo. En esta última foto, Navarrete al fondo.

Así lo vemos en estos dos artículos “ La larga batalla por el agua del Iregua hasta llegar al siglo XX” y también   en este otro “El agua del Iregua durante los siglos XVIII y XIX”, en este mismo Blog.




Canal de riego actual.


Restos de canalización antigua.

- Esteban Rodríguez Velilla (1777-1808)

Protagonista en la guerra contra los franceses en Madrid, Esteban Rodríguez Velilla, médico de los Reales Ejércitos (memoriademadrid.es), nacido en Entrena y vecino de Chinchon (Madrid), vivía en la Posada de la Soledad, en Cava Baja.



Tenía 31 años y desde el primer momento se lanzó a la calle sable en mano, el 2 de Mayo de 1808, en la Plaza Mayor, para batirse y recibió tres heridas, una profunda de sable en la cabeza, otra en el cuello y una tercera de bala en el muslo. 
Desangrado fue retirado a casa y seguido por los franceses que lo maltrataron, dejaron por muerto y saquearon su casa. Lo atendió su mujer Dña Rosa Ubago y al cabo de diez días murió. Ella se retiró a Galicia con su familia. 

- Eduardo Barriobero y Herranz.

Veamos los principales momentos de su vida en Riojanos Ilustres. El pueblo le ha dedicado una calle en el pueblo.

- D. Diego Fernández, Arcediano de Calahorra

En 1423 costeó Diego Fernández, la reconstrucción del Monasterio de Las Estrella, en San Asensio. En el año 1951 lo reconstruyeron los hermanos La Salle, cuando lo compraron, en estilo neogótico.


Monasterio La Estrella (Fot. tiempo.com)



Sepulcro de D. Diego (Fot. Lex Bambasy)

También destacó porque financió la reconstrucción del Convento de San Agustín de Haro.


Exconvento de San Agustín en Haro, actualmente convertido en hotel (riojahoteles.com)

 Fue tesorero de Dña. Blanca I de Navarra ( 1385-1441), que empezó a gobernar en Sicilia cuando tenía 20 años.


Dña Blanca I de Navarra (1385-1441) (Fot. caballerosdelduero.foroactivo.net)

- Sor Isabel de los Ángeles. Murió en 1972 y era religiosa Clarisa.

- D. Manuel Sanz Terroba, tenor y cantante de ópera.

Santa Mª la Nueva, que así se llamaba al principio, pasó a llamarse San Martín y data de mediados del siglo XVI (1545). 



Dos imágenes de la Iglesia de San Martín

No obstante la torre y la portada son de finales del XVI y está construida en piedra de sillería. 




Tres planos de la torre


Portada principal

Consta de una sola nave rectangular de tres tramos, de crucerocabecera ochavadacapillas entre los contrafuertes y una sacristía y coro posteriores, de finales del XVII o principios del XVIII. Las bóvedas son de crucería estrellada con diferentes combinados.
Una de las características más destacables de la iglesia son la diversidad de sus ventanas: De medio punto, góticas, saeteras e incluso de las más corrientes, cuadradas; no obstante su luminosidad es escasa. Tiene dos portadas.


Fachada principal, al Sur


Puerta menos utilizada, al Norte.


Destaca el retablo mayor, en el que observamos un afán desmesurado por cubrir con elementos decorativos de tipo vegetal todas las partes posibles. Para Ramírez Martínez, J. M. hay influencias aragonesas que penetran a través de Tudela en el “óvalo del ático en horno” (parte superior) y en la “hojarasca vegetal” que envuelve a todas las figuras.


Retablo Mayor de San Martín de Entrena (Fot. Ramírez Martínez, J. M)

En el año 1702 es cuando se tomó la decisión de hacer este retablo, por lo muy antiguo que era el existente. Los representantes de la localidad pidieron contribución voluntaria para ello.
Según Ramírez Martínez, J. M., en Retablos Mayores de la Rioja, 1993, 212-214, los arquitectos Fernando de la Peña y Francisco de la Cueva hicieron el diseño, con gran riqueza ornamental, opulencia y vistosidad; y José de San Juan Martín y sus colaboradores, Juan de Peralta y Juan Zapater se comprometieron por 39.000 reales a hacerlo en tres años.
El cantero Francisco Guerizo, vecino de Nalda, realizó el pedestal, por 300 reales. También puso baldosas en el presbiterio. En 1707 Manuel de Varela doró el sagrario. No sería hasta 1771 cuando por 52.000 reales se dorarían tanto el altar principal como los cuatro de los laterales.



Es una de las partes más céntricas de la localidad, donde se reúnen sus habitantes, se encuentra la fuente, el crucero y una de las “casonas” más antiguas.




Tres vistas de La Plaza



Dos lugares de reunión, los soportales y el bar El Coso.


La fuente
 La antigua fuente fue construida en 1878. La actual en torno al año 1994.


La fuente en la actualidad

No es así como la recuerdan la mayoría de los habitantes del pueblo. En el bar El Coso existe un cuadro con una fotografía de la que había en el siglo pasado en la Plaza y alguna de cuyas piedras la configuraban están en un monumento entre las calles de la Hermedaña y Barriobero
 


Parte de la antigua fuente colocada como monumento en 1994.

La casa antigua de la Plaza

Los diversos colores de las piedras, la apertura de unas ventanas encima de las antiguas, los diferentes tipos de rejas (cuatro tipos), hacen suponer que ha tenido diferentes reconstrucciones parciales a lo largo de los siglos.



Dos imágenes de la casa.




Tres detalles en sus fachadas

Sin duda, los ladrillos con lo que en la actualidad, comienza la puerta de entrada al edificio, que prosiguen con unas dovelas labradas formando el arco, son un arreglo muy posterior, a lo que se supone que en otros siglos era una puerta toda de piedra.



Por otra parte, se deja ver en el suelo, el empedrado del portal, tan típico a lo largo de los siglos, pero modificado con baldosas de barro cocido, posiblemente a lo largo del siglo XX.



Vemos desde la calle el portal, con un empedrado cubierto parcialmente, con una fina capa de cemento.

Según parece. el escudo está hecho de dos tipos de piedra, y posiblemente no sería ese el lugar que ocupaba al principio.





Es del siglo XVI y contemporáneo de los de Cenicero y Lardero. Está localizado en la Plaza de El Coso y últimamente ha sido restaurada la base, que en la antigüedad se encontraba sobre unas gradas.
La columna es cilíndrica con capitel toscano y un nudo con templete, adornado con figuras bíblicas, en diferentes imágenes: la cruz con crucifijo en el anverso y la Piedad en el reverso.



Escultura de La Piedad en el crucero y las imágenes que envuelven su base.


Al lado del Convento y en una hornacina de una fachada de la calle Regajo, se encuentra esta imagen.
Es romanista de principios del siglo XVII.


La imagen en una calle.

Las relaciones entre ambos pueblos no fueron todo lo buenas que podrían haber sido a lo largo de la historia. Así durante el reinado de los Reyes Católicos y posteriormente, en 1748, hubo “enfrentamientos directos y violentos” (pág. 53) a propósito de sus términos comunes, en “Conflictos políticos y sociales en La Rioja durante el reinado de los Reyes Católicos” Diago Hernando , M. Berceo, 123, 1992, (49-68).


Isabel y Fernando (Reyes Católicos)

En 1512-13 y 14 hubo también momentos de tensión que en ocasiones fue extrema. En 1512, el Duque de Nájera (Pedro Manrique III de Lara, el Forte, 1443-1515) denunció al rey Fernando (El Católico) que muchos de sus escuderos no le ayudaron en la “guerra de Francia” y que algunos de ellos se habían pasado a vivir a Entrena. Por ello decidió embargarles sus tierras en Navarrete, que “se alojasen huéspedes en sus casas” (pág 53) del libro de Diago, y que se les condenara a muerte. Con respecto al Conde de Aguilar, que los albergó, por admitirlos como vasallos suyos en Entrena, a estos prófugos, por las puertas de la villa de Navarrete ni a sus casas ni bodegas. Incluso se llegó a pregonar que ningún vecino de Fuenmayor, Medrano o Navarrete hablara con los vasallos del Conde de Aguilar, bajo pena de multa.
Según nos relata el investigador Diago Hernando, en 1514 los de Navarrete apresaron a dos vecinos de Entrena que habían sido vasallos del Duque de Nájera. Sin duda los impuestos sobre las tierras de labranza y las viñas que cobraban tato el Conde de Aguilar como el Duque de Nájera eran el origen de estas disputas. En 1520 el Duque (Antonio Manrique de Lara (1470-1535) apelaría al rey para que aunque se cambiasen de localidad a vivir continuaran pagando donde tenían las tierras.



En el centro del pueblo y en una calle principal, encontramos su nombre en una calle.

Está localizada Santa Ana, saliendo hacia Navarrete y a unos dos km. de Entrena.


Ermita de Santa Ana.

Es barroca, del siglo XVIII y restaurada en la segunda mitad del siglo XX (1965) y otra vez a comienzos del siglo XXI, por lo que exteriormente tiene unos acabados modernos. Es un edificio muy sencillo de una única nave y bóveda de lunetos, con un pequeño retablo rococó.
Cada año el Lunes de Pentecostés se hace una procesión conmemorativa, desde la población.



Detalle del pórtico, de la pequeña espadaña con campanillo y las dovelas de la portada de entrada.

El la zona de La Dehesa, al lado de la calzada Zaragoza-Briviesca, se encontraron restos que podrían corresponder a la Primera Edad de Hierro (750-450 a C.), restos celtibéricos y posteriormente a una antigua población romana: balanza, sarcófagos, una estela discoidea...
Madroñero de la Cal, A. nos habla del hallazgo de un lingote de material ferroso en muy mal estado, con semejanza de espada, aunque después de varios análisis ha sido desechada esta teoría, pero han aparecido otros diferentes objetos de hierro, bronce, hueso y abundante cerámica en la zona superficial.
Los primeros estudios datan del año 1977 y fueron realizados por González Blanco, A y Espinosa Ruiz, U. en “Noticia de un yacimiento prerromano y romano situado en el cerro y zona de Santa Ana (Entrena, Logroño), XIV Congreso Arqueológico N. 1977, Zaragoza, 1021-1048.
Posteriormente ha habido diferentes investigaciones más, aunque los descubrimientos no han sido muy fructíferos.
Una de las veces se hizo una excavación urgente y al lado de  una excavadora a cargo de la Hermandad de Labradores de EntrenaGonzález Blanco y Espinosa Ruiz observaban como a la vez que se destruía el Cerro recogían huesos, cerámica y cenizas.
En otra ocasión la celeridad por la realización de la carretera Nalda-Fuenmayor entre los movimientos de tierras aparecieron sobre todo, restos de mosaico romano.
Madroñero de la Cal, A. en “Estudio de los restos metalúrgicos del Yacimiento Arqueológico de Santa Ana (Entrena, La Rioja), Berceo, 126, 1994, 71-88, hace un análisis exhaustivo de los restos encontrados.

Gran cantidad de cosas y con todo tipo de detalles nos relata D. Raimundo Aguilar en este artículo con la documentación obtenida sobre la Cofradía. En Una “Cáritas parroquial Modelo” en el siglo XVI. Entrena siglo XVIBerceo nº 79, 1968, 159-168.
 Inicia su descripción diciendo que en 1670 en una revisión del Libro de la Cofradía (las cofradías eran muy corrientes en muchos pueblos) de los Santos Mártires Fabián y Sebastián, en una visita pastoral a Entrena, D. Diego de Melgar y Moreda mandó abrir un nuevo manuscrito porque el antiguo estaba lleno de actas y cuentas, por lo que como mínimo llevaría ya un siglo de existencia ayudando a los pobres.


La Cofradía tenía fincas de labranza y viñas.

Hubo una verdadera “Cáritas Parroquial”, según los documentos hallados por el presbítero Raimundo Aguilar, en el siglo XVI y en los posteriores: De los 22 capítulos que se compone la “Regla” de la Cofradía 14 hablan de caridad y 11 de caridad con los pobres: Para R. Aguilar honra al pueblo tener un hospital propio en el siglo XVI con un reglamento así.
Tres capítulos de la Cofradía hacen referencia a este Hospital, sin embargo nada dice de su localización. Se sabe que tenía camas bien equipadas, y que existía un libro de registro. Existía una persona para su cuidado, que se llamaba “casero” y que debía avisar al Abad si algún peregrino enfermaba.
Si alguien estaba enfermo y no podía caminar se le llevaba en caballería a costa de la Cofradía.
La Cofradía tenía fincas de labranza y viñas en las que todos tenían que participar con igualdad: Daban 6 y ½ fanegas de trigo y 11 cántaras de vino.


El Arca de la Misericordia
Además existía en Entrena, dada la miseria en la que se encontraban algunos esta "arca", y fue Francisco de Moreda quien fundó en 1571 en Entrena esta Arca de la Misericordia (Caja de Previsión Agrícola), con el objeto de repartir cereales entre los agricultores más pobres. No obstante éstos deberían devolver a un mínimo interés al cabo de un tiempo. Posteriormente se beneficiarían de ello los habitantes de las localidades cercanas, hasta que en 1799 dejó de funcionar.


Orígenes del Monasterio
Es realmente interesante adentrarse en la historia del Monasterio para conocer muchos aspectos de Entrena, que sino es así nos serían desconocidos.
Aunque la escritura no se conserva parece que fue en 1503 cuando se empezó a construir y en 1504 cuando comenzaron a vivir las religiosas. Después de fundar otro convento de espíritu franciscano en Soria, vinieron tres monjas, que eran del Monasterio de Tordesillas, a fundar éste; el Conde de Aguilar Carlos Ramírez de Arellano estuvo presente en la inauguración juntamente con su esposa Dñª Juana de Zúñiga.



De las 3 Iglesias, vemos las dos que quedan en la actualidad.

Por entonces había tres iglesias en Entrena: Santa Mª La Antigua, y San Martín y la del Monasterio Santa Mª de Barriovero “Barriviero” o “Baviero”. Después de fundarse la Cofradía del Santísimo en 1550, se habla de la unión de Santa Mª la Antigua y San Martín; y poco a poco se habla ya solo de San Martín. Si queremos profundizar podemos documentarnos en El Monasterio de Santa Clara o Ntra. Sra. de los Ángeles del paraíso de Viavero. Entrena (Rioja). De Raimundo Aguilar. Berceo, 58, 1961, (67-80)
Al parecer Santa Mª de Barriovero nunca fue parroquia. Si que es una iglesia anterior al Monasterio y aquí fue el lugar donde se fundó. Como los escritos sobre la fundación que tenemos de la época, pueden estar mediatizados por un contencioso que hubo, no es extraño  que en unos documentos encontremos que la iglesia cobijaba a ganado, que estaba caída, profanada y que se utilizaba como corral (1539), y por otro lado que tenía retablos, imágenes, campanas.. (1543).



Convento de Santa Clara

Si que es verdad que la diferencia del color y el mejor labrado de la piedra, que se observa desde un poco más abajo de la espadaña, nos indica que hubo reconstrucción posterior. Su retablo renacentista también se cambiaría después. Y una estatua de la época que hay en la parte baja del coro podría haber estado colocada en la parte central de la pared frontal.



Espadaña de dos huecos y uno añadido encima, para posiblemente un pequeño campanillo.

Desde 1529 hasta 1564 que murieron los fundadores hubo diferentes pleitos por las deudas que dejaron sin solucionar debido a su temprana muerte. Con ello hubo un tiempo que a las monjas se les privó de la utilización de la iglesia adjunta al Monasterio (1543). No obstante, después de años de pleitos que llegarían hasta el rey Carlos I, llegaron a una solución de compromiso (pudo influir que la Abadesa era del pueblo: Dña Isabel de Mendoza) y se adjudicó nuevamente la Iglesia de Nuestra Sra. de Barriovero al Convento a perpetuidad, con algunas cláusulas de pago a la Parroquia de la Villa.
Es una construcción de una nave de dos tramos y cabecera cuadrangular. Actualmente el retablo del altar mayor y las capillas son barrocas.


Portada del Convento de Santa Clara.

Las monjas del Monasterio de Santa Clara

En 1543 había 25 monjas de las que 10 sabían formar; sin contar las novicias y postulantes.
En 1660 se sabe que había 60 religiosas porque el Procurador de la Orden Franciscana le pidió al rey Felipe II agua para el convento, ya que no poseía el pueblo ni fuente, ni pozo alguno.
En El Monasterio de Santa Clara o Ntra. Sra. de los Ángeles del paraíso de Viavero. Entrena (Rioja). De Raimundo Aguilar. Berceo, 58, 1961, (pag.80), podemos leer:


Al parecer, a lo largo de los años y siglos nunca sobrepasarían este número. Se fueron conservando varias decenas de monjas en el Convento, hasta que en el siglo XIX hubo una drástica disminución. A mediados de este último siglo no quedaban más que dos y hubo unos 20 años sin entrar ninguna. Sin embargo los cambios políticos hacen que otros 20 años después hubieran ya 30; y en 1916, eran 19.
La edad de entrada era temprana de 12 a 16 años.
Si examinamos la procedencia vemos que de Entrena ha habido 27, de Logroño 2112 de Navarrete10 de Viguera7 de Torrecilla4 de MurilloCañas y Bañares 3 de Nalda, Lumbreras, Nájera, Cenicero y Fuenmayor y las demás de diferentes pueblos no solo de la Rioja sino de Álava (Rioja alavesa), Navarra (músicas, cantoras y organistas) y también de Vizcaya por un sacerdote que hubo de allí. Para  una ampliación informativa "El Monasterio de Santa Clara o Ntra. Sra. de los Ángeles del paraíso de Viavero". Entrena (Rioja). Raimundo Aguilar. Berceo, 59, 1961, (177-192)
Algunas murieron jóvenes, entre los 15 y 40 años (cólera morbo y otras enfermedades del XIX) y otras a la edad normal de la época. Se enterraron bajo el coro hasta el año 1908.
Por los apellidos que aparecen en el historial fue un Convento de monjas de alcurnia y era de renombre en Castilla y Navarra. Muchos de los apellidos eran compuestos y al entrar en el Convento los 100 ducados de dote y otras partidas aparecen en los documentos. Además los Condes de Aguilar y otros nobles enviaban a algunas descendientes.


Fincas del Monasterio de las clarisas en Entrena

Entre los bienes del Monasterio aparecen una casa en el pueblo en el año 1522, que sería reedificada en 1684. Posiblemente solo queden estos "restos" conservados en la fachada de la casa contigua al Monasterio:




La cruz y el escudo de la fachada.

A los 39 años de existencia del Monasterio (1543) tenían:
28 fincas con 73 fanegas, y 20 viñas con 170 obradas y de 73 fanegas de tierra nuevamente.



Vemos una imagen del interior de la huerta "vallada", en el 2011, sin cultivar



Dos imágenes de la muralla que impedía el contacto de las monjas con la población, a lo largo de la historia.

Otra fuente de ingresos eran los “censos” (porcentaje que se pagaba anualmente por la tierra), por cesión de sus Majestades o de particulares: En el siglo XVI era el 7%, en el XVII el 5 % y a principios del XVIII el 3%; pagados por los de Entrena y algunos de Hornos, Navarrete, Ábalos, Nalda.. 
Algunos de los ofrecidos por  Raimundo Aguilar en El Monasterio de Santa Clara o Ntra. Sra. de los Ángeles del paraíso de Viavero. Entrena (Rioja).  Berceo, 60, 1961, (333-348) son:



Las dotes de las religiosas

Eran otra de las fuentes de ingresos del Monasterio.
Aunque alguna de las mayores sobrepasaban los 1000 ducados, las que se exigían a las que entraban al Monasterio, eran de unos 900 ducados (2475 ptas) y 140 ducados por alimentos “en el año de noviciado”. También se exigían 2 arrobas (palabra árabe que equivalía a 11 Kg y ½) de cera, que tanto se consumía para "velar día y noche" el sagrario en las iglesias.
Las legas (sin opción a órdenes sagradas) de cocina, entre 100 y 200 ducados.
Éstas y otras dotes fueron cambiando con los años. Con ellas tenían para cubrir gastos, dar limosna y hacer compras.

Compras del monasterio
El rey de España Carlos II les concede en 1672 tener ganado, igualmente que a todos los vecinos de Entrena. Anteriormente compraban carneros para su manutención y no les iba mal económicamente ya que compraban fanegas de tierra y de viña, sobre todo hasta finales del XVIII.

Exención de diezmos
Las monjas siempre gozaron del privilegio de no pagar diezmos, como por ejemplo tenía que hacerlo la Parroquia; por ello tuvieron muchos pleitos. Así en 1656 salió una cédula real eximiendo de pagarlos a todos los conventos franciscanos.

Problemas de abastecimiento de agua entre Entrena, Sojuela y Convento de las Clarisas: Siglos XVI y XVII.

 En general a lo largo de la historia la población de Entrena ha tenido problemas de agua ya que es pobre en manantiales. La solución fue traerla de otros pueblos y por ello ha vivido con diferentes pleitos.
Uno de los primeros pleitos conocidos fue con Sojuela, por las aguas del canal próximo a este pueblo. En 1554 el juez de Logroño D. Gabriel Rodríguez mandó que se hiciera un arca de piedra en dicho río con tres caños iguales: Dos para Entrena y uno para Sojuela. Como se supone los de Sojuela no aceptaron esta sentencia y apelaron a la Chancillería de Valladolid, que en 1559 confirmó la sentencia. No obstante continuaron los problemas hasta 1588, pero siempre con el agua en la misma proporción.




Pero el descontento continuó y aproximadamente un siglo después, en 1660, hubo un segundo pleito y en esta ocasión fue entre el pueblo y el Convento. Al ser las clarisas franciscanas, su Procurador General Fray Sebastián de Montemayor, acudió al Rey Felipe IV en nombre del Monasterio, con una instancia pidiendo agua para el Convento “por lo menos tres días a la semana o una cantidad continua equivalente a una fuente” del agua del canal de Sojuela. Aducía que el Convento no tenía fuente ni pozo y que entre las causas de haber ganado el pleito con Sojuela era la existencia de este Monasterio sin agua. De todas formas, de estas dos razones, se tiene certeza de la primera, no de la segunda, y como resultado las monjas obtuvieron la provisión del agua (Marzo de 1660), aunque no en forma de sentencia definitiva.
Al principio, como el veredicto provenía del Rey se aceptó, pero posteriormente al parecerles exagerado que el Convento tuviera tres días de agua, como si fueran medio pueblo, por vía amistosa intentaron solucionarlo, teniendo presente que las monjas necesitaban agua para beber, la limpieza y la huerta.
Durante dos meses estuvieron de negociaciones y al final llegaron al siguiente “arreglo” que nos proporciona D. Raimundo Aguilar en El Monasterio de Santa Clara o Ntra. Sra. de los Ángeles del paraíso de Viavero. Entrena (Rioja). Raimundo Aguilar. Berceo, 60, 1961, (333-348):


 Una vez firmado y con una ampliación de derechos y deberes, pidieron la confirmación real que llegaría el 2 de Agosto de 1660.

Posteriormente en 1674 tuvo que unirse a Fuenmayor y Navarrete para hacerse con agua del Iregua, del Río Antiguo, en un pleito contra Nalda.


La Fuente del Santo Dornil

Si bien para el regadío de la huerta y para lavar tenían con el agua del canal, para beber y guisar, con esta agua que venía al descubierto y por tanto con suciedad a lo largo del recorrido, no lo veían adecuado, por ello y teniendo una finca de su propiedad, en la ladera encima del camino del Santo Dornil, cerca de Sojuela, dando vista al Monasterio y a un Km. más o menos, trataron de traerla. Aunque tuvieron problemas con los dueños de las fincas para poder pasar las tuberías por ellas, ganaron el pleito y en el año 1730 pudieron conducir el agua hasta el Monasterio, en tubería de barro cocido.
A finales del siglo XVIII, en 1797, hubo nuevos problemas con la tubería del conducto del agua, que pasaba por una de las fincas de Manuel de Osma (Nalda) pero se arregló “de buenas maneras” porque una monja era familia suya, ya que llevaba su apellido. Así, al cerrar la finca con una tapia dejaron un puente para no tocar los arcaduces (caños por donde se conducía el agua) y no plantaron árboles cerca para que sus raíces no entorpecieran la conducción del agua. De todas maneras tuvieron poca agua y muchos gastos en el arreglo de la tubería.

La desamortización y el Convento de Santa Clara

En la primera mitad del XIX, con la desamortización fueron vendidos a particulares muchos de los bienes del Convento También desposeído de Capillanías (de origen medieval: Era una obra pía en la que el fundador dejaba en testamento dinero, que ponía en renta para la celebración de misas.. para la salvación de su alma) que en Entrena fueron valoradas en 101.000 ptas. de la época, más todas las fincas del Monasterio. De aquí las penurias por las que pasarían durante el siglo XIX, que trajeron como consecuencia el no poder arreglar el deterioro del edificio.



Diversas reconstrucciones en los pabellones de la parte Oeste.

Reconstrucción en 1909

En realidad después de la Desamortización el dinero fue disminuyendo y los problemas con el deterioro del Convento fueron aumentando. En 1894 el capital escendia a 117.000 ptas, y unos años después en 1916 a 107.000. Pensaron irse de allí a los Carmelitas de Logroño que por entonces dejaban el edificio, pero el Cardenal Aguirre de Burgos y el administrador de Calahorra no admitieron la sugerencia. 
Sin embargo el presbítero bienhechor bilbaíno Máximo Landáburu se comprometió a ayudarles si lo hacían con arquitecto y bien hecho. La obra costó 14.327 ptas. y 9.745 consiguieron de limosnas. Se entarimó la casa, se abrieron grandes ventanas, al primer piso subieron la cocina y el comedor; se hicieron dos pozos, se hizo un estanque y se instalaron cañerías, entre otras mejoras.
No obstante en el año 2001 quedó deshabitado el Monasterio por falta de vocaciones.



Diversas reconstrucciones, en piedra, ladrillo y ventana cegada.

El Convento de Santa Clara, la Guerra de la Independencia y la Segunda República.

En dos ocasiones tuvieron que salir las monjas de este convento de clausura: La primera el 29 de Octubre de 1808, con motivo de la invasión francesa: Fueron a cobijarse a Viguera porque la R. M. Rosa Martínez era de esa población (está enterrada aquí al lado de la sacristía). 
La segunda salida fue en Marzo de 1936, al final de la Segunda República.

El Relicario de las Clarisas y unos ladrones

Según nos relataba el ABC de 13/12/1982 se detuvieron en Madrid a cuatro especialistas en robos de obras de arte, que portaban entre otros objetos un relicario con varios huesos de San Benigno y una bula papal manuscrita en 1863 relativa a dicho santo y las reliquias de San Magno y Santa Justina. Según adujeron las Madres Clarisas de Entrena lo habían vendido por la “perentoria necesidad económica de reformar el Convento”. Dijeron que tanto el documento papal como las reliquias estaban protegidas por una vitrina de cristal que nunca se atrevieron a romper. Señalaron que se encontraba en un cuarto trastero entre muebles viejos y que lo vendieron a un industrial soriano por 15.000 ptas. Éste lo cambió a los detenidos por diferentes objetos producto de sustracciones.

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